martes, 24 de marzo de 2015

ACTITUDES BÁSICAS DEL TERAPEUTA QUE FAVORECEN LA RELACIÓN

Rogers planteo tres actitudes básicas, que son: la empatía, la aceptación incondicional y la autencidad. Pero se puede añadirse la escucha activa.

ESCUCHA ACTIVA: 
El rol de un psicólogo en una terapia se debe a escuchar atentamente al paciente o cliente, ya que con esto los clientes pueden expresarse mejor sobre sí mismo y contar los problemas o conflictos que se les esté afectando, podemos entender mejor la situación del cliente, mejora la relación terapéutica y que los clientes son  responsables de los cambios en su vida.


La escucha activa implica tres actividades:
a) Recibir el mensaje, lo que implica atención e interés por el mismo. Hay que prestar atención a diversos aspectos del cliente:
- Comunicación no verbal y vocal
- Comunicación verbal
- Actitud hacia el terapeuta y la terapia.
b) Procesar los datos atendidos, saber discriminar las partes importantes y establecer su significado.
c) Emitir respuestas de escucha, hay varias que se pueden manifestar mientras se escucha, tales como mirada amigable, asentimientos de cabeza, inclinación.

Algunos obstáculos para la escucha eficaz son:
a) no tener interés por el cliente o sus problemas;
b) experimentar reacciones emocionales ante el comportamiento del paciente que resulta difícil controlar;
d) distracciones asociadas con las propias preocupaciones;
f) no respetar los temas que son importantes para el cliente;
l) no encontrarse bien o sentirse cansado.


No escuchar activamente al cliente es un grave error, ya que no se sentirá comprendido y el terapeuta puede estar satisfaciendo sus propias necesidades en vez de las del paciente. Por otro lado, el exceso de escucha también es problemático, ya que si el terapeuta se limita básicamente a escuchar, el cliente puede no recibir la ayuda necesaria.



EMPATÍA:  Es la capacidad de:
a) comprender a las personas desde su propio marco de referencia en vez del correspondiente al terapeuta, y
b) saber comunicar a la persona interesada esta comprensión. La empatía implica en primer lugar entrar en el marco de referencia del cliente y comprender sus sentimientos, percepciones y acciones; es decir, ver las cosas no como son “objetivamente” o como las vería uno mismo de estar en el lugar del cliente, sino tal como el cliente las experimenta.


La comunicación al cliente de la actitud empática se hace a través de diversos medios:
a) La escucha activa, la cual incluye las respuestas mencionadas en los siguientes puntos y el empleo de señales de que se está escuchando: mirada amigable.
b) Tratar aquellos aspectos que son importantes para el cliente.
c) La formulación de preguntas tendentes a clarificar lo que el cliente expresa.
d) La utilización de paráfrasis y de síntesis o recapitulaciones.


El terapeuta debe tener cuidado en no proyectar sus propias actitudes y expectativas en el cliente, ya que podría distorsionar el informe de este. Es importante distinguir entre empatía y simpatía. Esta se refiere a un compartir las emociones del cliente, a una identificación emocional con su modo de ver las cosas. La empatía, por otra parte, tiene un componente intelectual además de emocional. Implica conocer la base cognitiva de los sentimientos del cliente y mantenerse independiente de estos para preservar la objetividad hacia los problemas del cliente.

Carkhuff; propone las siguientes pautas para ser eficiente en la comunicación de la comprensión empática:
a) Concentrarse en las expresiones verbales y no verbales del cliente.
b) Concentrarse en las respuestas que expresan el mismo afecto y significado que las del cliente.
c) Formular las respuestas en un lenguaje apropiado para el cliente.
d) Responder en un tono afectivo similar al comunicado por el cliente.
e) Mostrar un gran interés.



ACEPTACIÓN INCONDICIONAL: 
Implica aceptar al cliente tal como es, sin juicios, y valorarlo como persona merecedora de dignidad.
Se han distinguido varios componentes en la aceptación incondicional:
- Compromiso hacia el cliente. El terapeuta demuestra su interés y disposición a ayudar al cliente. El terapeuta dedica un tiempo y sus habilidades y esfuerzos para comprender y ayudar al cliente.
- Esfuerzo por comprender. El terapeuta muestra este esfuerzo de varias maneras: escuchando atentamente, haciendo preguntas para obtener la visión del cliente sobre sí mismo, sus problemas y el mundo.
- Actitud no valorativa. Es importante que el paciente perciba que se le acepta incondicionalmente como persona, sin emitir juicios de valor sobre sus pensamientos, sentimientos y conductas.



AUTENTICIDAD: 
La autenticidad implica ser uno mismo, comunicar los propios sentimientos y experiencias internas. El terapeuta poco auténtico enmascara sus sentimientos y opiniones, muestra sonrisas forzadas y utiliza frases poco espontáneas o con doble sentido. Un buen terapeuta debe ser capaz de expresar algo de sí mismo.

Cormier y Cormier (1991/1994) han distinguido varios componentes de la autenticidad:
a) Conductas no verbales tales como contacto ocular, sonrisa y orientación corporal hacia el cliente.
b) Poco énfasis de su rol, autoridad o estatus por parte del terapeuta.
c) Espontaneidad o capacidad para expresarse con naturalidad, sin deliberar sobre todo lo que se dice y hace.
d) Autorrevelación.


La autenticidad también incluye el reconocer, en vez de negar, los propios errores ante el cliente cuando este los señala (o los capta, pero no se atreve a hablar sobre ello) y se está de acuerdo en haberlos cometido. 

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